Nuestro país se caracteriza por sus hermosas playas de aguas cristalinas y arena blanca, también por sus extensas regiones dedicadas a la producción rural. Introducirse en las actividades de este hábitat es, además de otro encuentro con la naturaleza, descubrir la convivencia con otros seres vivos, degustar la gastronomía que de ella proviene ( como el típico salcocho), disfrutar de la cultura y el folklore, y nutrirse con aromas y sabores naturales.
República Dominicana posee lugares paradisíacos que podrían hacerla uno de los principales destinos turísticos del mundo, sin embargo, para conseguir un crecimiento acorde a sus atractivos, el sector turístico debe mejorar su planificación estratégica. Para lograr esto se necesita una estructura unificada para la inversión turística en algunos puntos claves del país.
Es hora de que nuestro país junte los sectores público y privado para comenzar a promover negocios relacionados al turismo.
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